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    Cet Obscur Objet du Désir

    Antes de entrar en materia, vaya por delante mi más profunda admiración y respeto por una mujer que el próximo día 16 de agosto cumplirá la friolera de 50 años. Si el tiempo lo permite, los cumplirá tres días después de que un servidor, acompañado de C., la vea actuar en directo en Praga, cumpliendo así un sueño no ya de juventud, sino un deseo anclado en mi consciente y subconsciente desde la más tierna infancia.

    Hará unos 25 años, más o menos, que a quién les habla, debido mayormente a su ignorancia (¡maldición, tenía 7 años, no había posibilidad de elección, no me culpen!), le hicieron comulgar por primera vez y no precisamente con ruedas de molino (no sería la última), sino ni más ni menos que se zampó... ¡el propio cuerpodecristoaménhermanos!

    Eso, tan valioso para algunos en lo espiritual y para otros también en lo material, aunque de diferente manera, sirvió exclusivamente para un fin inmediato: El poder conseguir mis dos primeros discos. A elegir. Los dos discos que yo quisiera. Un chollo, vamos. Así que ni corto ni perezoso, y con los vales-regalo de Elcorteinglés en una mano y con la otra agarrada a mi señora madre, me dirigí derechito a las dos joyas que empezarían mi preciada colección de música.


    Inciso: Es curioso el ser humano. Me puedes escupir, me puedes dar una paliza, quémame la casa, pero como me destroces los libros y los discos, te mato. Pido comprensión... Ya que no tengo vástagos, y al paso que voy, moriré sin descendencia como mi padre, los libros y los discos son como mis hijos.
    Bueno, pues un disco era Brothers in Arms, de Dire Straits. La repera. Un clásico inmediato.

    Y el otro... ¡Ah, el otro! El otro era este:


    Sí, niños y niñas, Like a Virgin, de Madonna. Todo un sueño erótico para cualquier mozalbete impúber. Madonna siempre ha estado ahí. Se puede ser punki, se puede ser jevi, se puede ser metalero, jipi, gustarte el noisepop, el reggae, desde Apocalyptica a Nouvelle Vague, pasando por los Ramones y AC/DC (de los cuales hablaremos muy pronto), pero Madonna es un pedazo de artista y un mito erótico. Punto.


    Por eso, iré a verla a Praga. Y es que yo con 50 años, si estoy vivo, que lo dudo, pero mucho, muchísimo, no estaré ni para subir escaleras, mientras que ella tiene pinta de poder correr la maratón Nueva York-Balsicas-Osaka de un tirón. Dos veces.

    Pero sólo para que conste. Queremos que vuelva Madonna. Esta mujer de aquí abajo asusta a los hombres y les pone los testículos por corbata, en lugar de provocarles sueños eróticos e incitarles a la masturbación compulsiva.


    Y estoy seguro que los niños pequeños se mean en la cama y lloran como si hubieran visto al diablo, en lugar de pedir sus discos. Queremos que vuelva Madonna. Ya.

    What's in the box?

    Barton: You're very beautiful. Are you in pictures?
    Beauty: Don't be silly.